sábado, octubre 27, 2007

“Tenemos un afán de dar una buena respuesta a la parte social”

Educar en los lugares que lo necesitan puede ser rentable en todo sentido. El Colegio Leonardo Da Vinci en pleno corazón de Los Industriales hace 6 años tomó la iniciativa. La sostenedora y directora Yanet Bravo cuenta esta experiencia docente.

Nota escrita para El Morrocotudo.

“El hecho de que el colegio esté acá ha ayudado a muchos en el aspecto económico, ya que no tienen que pagar locomoción”, destaca Yanet Bravo, sostenedora y directora del Colegio Particular Subvencionado (Gratuito) Leonardo Da Vinci. Sin embargo, existen alumnos que aunque hayan cambiado su domicilio más allá de la población Los Industriales, sigan prefiriéndolo para estudiar. Aquí la oferta y la demanda encuentran su punto de equilibrio en el grado de satisfacción.

Ya han pasado 6 años desde aquel 12 de marzo de 2001 cuando con 1 piso y 6 salas nació el Colegio sólo con enseñanza básica. Hoy van 3 pisos y tiene 1.080 alumnos cursando en sus aulas pre kinder, kinder, básica y media técnica profesional, cuyas “especialidades de la casa” son las carreras de electrónica y alimentación colectiva, base para seguir en gastronomía en la enseñanza superior. Por eso la instalación del Instituto Superior de Educación y Capacitación (ISEC), Organismo Técnico de Capacitación (OTEC) de la misma sostenedora que se trasladó del centro al lado del establecimiento con la aspiración latente de volver a ser Centro de Formación Técnica (CFT) para dar una posibilidad continua e integral a los jóvenes del sector. Es la historia del renacimiento constante del “Da Vinci”.

De su experiencia y la administración de la educación, conversé con Yanet Bravo en su oficina a la entrada del Colegio.

El mejor gancho comercial, apela a tu responsabilidad…

El colegio Da Vinci casi fue un centro comercial o algo por el estilo. Ese era el pensamiento de Jorge Mollo, constructor, esposo de Yanet Bravo, pero ella, profesora de enseñanza básica con 36 años de ejercicio, le propuso esta otra opción. Si bien la Sra. Yanet dirigía ISEC desde 1982 cuando estaba en calle Sotomayor y competía con el Duoc, algo le “llamaba seguir trabajando con los niños”. Así nació el Colegio Da Vinci, y también el traslado de ISEC al lado.

¿Por qué Los Industriales? “Acá hay un nicho de alumnos y de personas que quieren capacitarse”, dice serena porque les ha ido "bastante bien" en lo que es casi el comienzo del Barrio Industrial por el norte, en Avenida Azolas #3391. Justamente ISEC funciona con cursos certificados, tales como Mecánica, Estructuras Metálicas y Cerámica, entre otras actividades acogidas vía Sence que se convierten en una fuente de trabajo de rápida ejecución en empresas e instituciones. La idea es “que se le dé todas las opciones al niño para que pueda llegar a una carrera técnica profesional”.

Es por esto que entre el Da Vinci e ISEC se da un ambiente bastante familiar: prácticamente se puede ver estudiando desde abuelos hasta nietos, tanto por el colegio y el instituto como por el programa de nivelación de la escuela nocturna para adultos. “Hay padres muy orgullosos que están sacando el 4º medio”, recalca la sostenedora-directora Yanet, quien considera que “ha sido muy buena decisión” trabajar en este sector a pesar de todo…

Para mejor

“Acá hay una necesidad y nosotros optamos por acercarnos a las personas que están en situación irregular dentro la sociedad y que están preocupados de dar un paso más allá”, dice a modo de declaración de principios la directora Yanet que prefiere tener cursos compactos de entre 16 y 32 alumnos por clase para una atención más personalizada.

“Hemos estado creciendo, pero tampoco es la idea hacerlo más. Es decir, yo sé que puedo tener mucho más matricula, pero la idea es que se administre bien. Podría tener capacidad para 3 mil alumnos, sin embargo nuestro techo son los 1.200 alumnos”, detalla como plan futuro. ¿La razón? “Acá no tenemos un afán comercial, tenemos un afán de dar una buena respuesta a la parte social”, lo cual queda demostrado en beneficios como la disponibilidad de asistente social y psicólogo de planta que tratan algunos inconvenientes de aprendizaje y agresividad de niños que crecieron con los efectos del plomo que se acopió por años en la población. Lejos de excluirlos, los integran con estos profesionales que el Ministerio de Educación no le exige necesariamente.

“Esto forma parte de un plan de mejoramiento. Es un poco difícil trabajar con los niños con plomo y con los jóvenes que si quieren vienen clases porque como sus padres tienen que trabajar pasan más tiempos solos. Nos ha costado salir adelante para que no falten (una de sus entradas es la subvención por asistencia), trabajamos más, pero es más gratificante por la labor”, contextualiza quien fuera docente de aula por 22 años. “Sirve mucho los inicios de uno, sabes lo que pasa lo con los niños”, dice mientras pienso en la ventaja que significa administrar con conocimiento de causa.

Variedad y autonomía

El apellido Da Vinci no es casualidad en este recinto educativo: tiene que ver con el connotado Leonardo, arquitecto, escultor, pintor, inventor e ingeniero, el hombre del Renacimiento por excelencia. De hecho, tienen varias academias que alimentan ése espíritu, tales como ciencia, basquetball, volleyball, banda escolar mixta y fútbol, además de orientación vocacional. Sin embargo, estas las complementan con proyectos adjudicados con ChileDeportes que tiene que ver con disciplinas de judo y tenis de mesa, junto con el programa de "Escuelas Abiertas", donde todos quienes quieran hacer alguna actividad aeróbica pueden acudir al recinto fuera del horario de clases.

Converso tema tras tema y ahora me explico mejor por qué los apoderados prefieren los colegios particulares subvencionados...

¿Dónde está la diferencia con los muncipales en cuanto a la gestión?, le pregunto a la Dire.

“Pasa que nosotros (los subvencionados) recibimos recursos directos del Ministerio de Educación, mientras los públicos dependen de la Municipalidad donde no hay una muy buena distribución”.

¿Entonces es una cuestión de autonomía?

“Los directores solamente ven la parte curricular, le llegan los beneficios de su jefe que es el alcalde… Una opción es dar administración delegada, donde el director pudiera ver aspectos administrativos para ser más autónomos, ellos saben las necesidades reales del colegio”.

¿Onda burocracia? Si bien los colegios municipalizados tienen la posibilidad de postular a más proyectos, como de construcción y mantenimiento, Yanet Bravo destaca que “si a ellos (los directores) les llegara directo los recursos podrían hacer mejor las cosas”. Esa si sería motivación, ¿o no?

Por todo lo expuesto es que me llamó la atención el funcionamiento del Colegio Da Vinci que fue a instalarse a un sector vulnerable, obteniendo con el tiempo dividendos a través del “marketing viral” (así es como llegué a esta historia). ¿Qué es eso? La directora Yanet Bravo lo explica mejor sin mencionar el término, sino sólo manifestándome su satisfacción: “(el boca a boca) es la mejor publicidad para un colegio, el hecho de que se pasen la voz de que alguien lo está haciendo bien, más allá de lo que pudiera salir en el diario o en cualquier otro medio”. Ja, quizás esta nota no haya sido necesaria para ella, pero sorry, no pude aguantarme las ganas de compartir cuando resulta esta poca difundida forma de hacer educación pública, combinando gestión privada.


No hay comentarios.: